Saturday, September 19, 2015

|9 DE SEPTIEMBRE DE 1985



“¡Oh Dios!”, “Tragedia”. Y cuando despertó de su dolor, México cambiaría para siempre

30TERREMOTO

http://www.sinembargo.mx/19-09-2015/1489431


Sus narices encontraron, entre los escombros, vidas que los ojos de los humanos no podían detectar. Hasta antes del 85, México no se había preocupado por adiestrar perros de búsqueda y rescate para situaciones de emergencia. 30 años después, estos canes se han convertido en una heroica herencia para mexicanos y otros ciudadanos del mundo.

En medio de estos relatos, tengo que hacer un paréntesis para recordar aquel inolvidable bailoteo del 19 de septiembre de 1985

Hace ya 30 años de aquella mañana en que todo se movía y no acompasadamente, de un lado a otro y luego al contrario y después de manera trepidatoria.

Veíamos por la ventana,  cómo salía el agua de los tinacos, como se movían furiosamente los alambres eléctricos.

Se nos hizo muy muy largo esos dos minutos, uno dice... qué son dos minutos, sin embargo cuando te encuentras en un momento de peligro, sea cual fuere el motivo, son interminables.

Lidia, Lizette, René, Gerardo y yo, todos alrededor de la mesa de la cocina,  pensando que cuándo acabaría ese movimiento tan furioso, como antes nunca habíamos sentido.

Somi ya se encontraba en la escuela, asi que no estaba con nosotros.

Se fue la luz, el teléfono, prendimos un radio de pilas y fue cuando nos enteramos de lo que estaba sucediendo, cayendo edificios a diestra y siniestra, en todo el centro histórico había derrumbes, el edificio Nuevo León en Tlaltelolco, el Conalep, que ese era el edificio de Pemex cuando yo trabajaba allí, se cayó, el Hospital General, hospitales del Siglo XXI, el Hotel Regis, edificios en la Av. Tlalpan,  Televisa, en fin, en verdad algo espantoso.

Francisco no estaba en la ciudad, él había salido el día anterior hacia Monterrey y allí fue cuando se enteró de lo que había sucedido y trató de llamar por teléfono para ver cómo estábamos, pero no, inútil, ni luz, ni teléfono funcionando.

Todos se prestaron a ayudar, el pueblo se organizó, ya que el gobierno nulo, tardó en decidirse a hacer su trabajo.

René inmediatamente se fue a ver en qué podía ayudar, estuvo varios días en el centro... llegó por cobijas, por ropa, por lo que pudiera darle, inclusive le di la tienda de campaña que habiamos estrenado en las Cataratas del Niágara.   Todos haciendo comida, todos poniendo nuestra parte para mitigar el dolor que invadía por doquier.

Y el presidente Miguel de la Madrid, no salió de los pinos, hasta el tercer día, verdaderamente se noto la cobardía de ese personaje, lo cual no lo abandonó durante su mandato y cuando se apareció, llegó en un autobús, se paseó y se fue a guardar nuevamente a su casita... qué mal, de verdad.

Ah pero además dijo que México no necesitaba ayuda de nadie!!

Tantas historias increíbles, como la del recate de bebés, recien nacidos, después de 9 días.   A partir de esa fecha muchas cosas cambiaron, la ciudad no ha sido la misma y ahora todos salimos de las casas, nada de como antes... "abajo de los marcos de las puertas".

Y muchas otras cosas más.



5 comments:

Unknown said...

No sabía lo de Miguel de la Madrid. Que mal!

Unknown said...

Justo es un dia de aquellos que es posible olvidar... para mi aquel temblor fue interminable. Que curioso que sentada desde mi banca en el salon, tambien veia salir el agua de los tinacos!!

En aquel tiempo se creo el grupo de los Topos, que han ayudado en tantas catastrofes mundiales :( Y cosas muy buenas salieron de aquella desgracia, en que la Ciudad de Mexico demostro de que esta hecha.

No sabia eso de que no necesitabamos ayuda de nadie... 5...

malintzi said...

Ajá... sin comentarios, la verdad que se vio muy mal. Y siempre se le reprochó haberse quedado en la comodidad de los pinos... la gente tuvo que salir y empezar a sacar gente de los escombros... y efectivamente, a raíz de eso, se crearon los Topos, los cuales con conocidos en todo el mundo.

Unknown said...

Podrias contarnos del temblor del 57?

Lizette Jacinto said...

Yo recuerdo estar buscando mis zapatos...qué novedad, estaba viendo abajo de la cama cuando sentí el jalón. Ya habíamos vividos otros temblores, en Paseos de Taxqueña cuando se cayó la Ibero, o en otra casa cuando se meneaba sin parar el plafón de la escalera. Pero, sin duda, nada como el temblor de ese 19 de septiembre... Recuerdo que nos llevaste, a mi y a Lydia al Guillot. Un compañero llevaba un radio y yo solo escuchaba como se seguían cayendo edificios. Por nuestra casa sólo se cayó una pequeña bardita en Tenorios...¿Se acuerdan? Me dicuenta de que no conocía la ciudad en la que vivía... Luego yo me quedé prendada de la televisión, simplemente no daba crédito. Otro recuerdo: Las tumbas alrededor de la tumba de bolo son de los trabajadores de Televisa que murieron cuando se derrumbó Televisa Chapultepec. En verdad, cuando uno ha vivido un temblor así el cuerpo nunca lo olvida.