Thursday, March 15, 2018

HURACAN MANUEL EN ACAPULCO 2013 III

Como era el puente del 15 y 16 de Septiembre, ya se imaginarán la cantidad de turistas que llegaron al puerto.

Todos los restaurantes llenos, igual que los hoteles, en fin, se veía que serían días llenos de sol, arena y agua salada.  Pero nada, no fue asi.

Porqué las autoridades no dijeron nada y dejaron que la gente abarrotara la ciudad sin saber lo que se le esperaba?... no, no empezaré con mi "speech" político.  :D.  De todos modos nadie ignora de qué pie cojeo.

Regresábamos (creo) el 16 de Septiembre, el cual era lunes si no mal recuerdo.   (Si, era lunes... gracias internet) :)  

Sonó el despertador y me levanté.  Pero qué sucede???  el cuarto estaba inundado.  Como puede un cuarto de hotel en el piso 23 inundarse?  

Pues que después de llegamos del famoso karaoke, ya durmiendo, a Lizette que tiene un oido prodigioso, escuchó que algo golpeaba con mucha fuerza los cristales en el balcón.  Se levantó y vió como la lluvia azotaba con furia inaudita.  Dice que se estuvo un buen rato viendo tal espectáculo, que estuvo a punto de despertarnos porque pensó que en una de esas los vidrios volarían  hechos pedazos.

Cuando salimos, ya estaba el taxista muy puntual esperándonos.  Llegamos a la central camionera y había mucho desorden, nadie estaba en su lugar, había gente amontonada por varios lugares.

Qué es lo que pasa?... me fui a investigar cual era el motivo para tanto alboroto.  Alguien contestó:,,, salió un camión rumbo al Distrito Federal y tuvo que regresarse, ya que el cerro se desmoronó y tapó la carretera por completo.  

Y entones le dije:  bueno, pero existe otra carretera alterna que no es la del Sol.  Pues no, porque esa también está totalmente intransitable por el mismo motivo.  

Hablando con alguien de la compañía de camiones, nos dijo que esperarámos un rato a ver qué correspondía hacer.

Nos sentamos con las maletas a un lado y cuando vimos, no teníamos señal en los teléfonos.   Cerca de nosotros estaba también una señora esperando, solo que ella iba a Zihuatanejo, cosa que tampoco podía irse porque todos los puentes se los había llevado la corriente.  (En la carretera de Acapulco a Zihuatanejo, hay muchos arroyos), entonces todos esos pequeños puentes ya no existían.  Asi que no podía irse a su casa.

Salir por avión, tampoco era posible, ya que toda la salida hacia aquel lugar, estaba totalmente inundado.   El día que fuimos a ver a La Sonora Dinamita, conocimos a unas personas con las que estuvimos platicando y nos dijeron que vivían en unos edificios (no recuerdo el nombre), situados precisamente en ese lugar.  Después supimos que el agua llegaba al segundo piso.  Solo nos quedó desear que se encontraran bien.

Después de estar unas horas esperando, llegan y nos dicen que no, que no se podrá abrir la carretera porque es imposible.

Y ahora?... regresamos al hotel o qué hacemos?... por lo pronto tomamos un taxi y el chofer nos dijo que conocía un pequeño hotel, no muy caro y muy aceptable.  Bueno, vamos a ver como está.  Era un hotel pequeño, muy limpio, con alberca pequeña, pero todo muy bien, a una cuadra de la costera.  

Y decidimos quedarnos allí en espera de algo.  


Wednesday, March 14, 2018

HURACÁN MANUEL EN ACAPULCO 2013 II

Como les iba platicando, salimos empapadas es decir poco de la función de La Sonora Dinamita, pero eso si, muy contentas.

Llegamos al hotel y a dormir, mientras el agua caía y los rayos iluminaban la habitación a cada rato.

Al día siguiente, domingo, iba a pelear El Canelo contra quien sabe quien, pero la cosa es que no se hablaba de nada más en todo Acapulco.  Decidimos que puesto que todo mundo vería la pelea y no habiendo nada más, en la nochecita nos enfilamos a verla, llegamos a un lugar, nada, otro, nada, todo llenísuni,  Lizette dijo que fuéramos al Hot Rock, que seguro allí habría lugar.  Pues nada, todo completo..

Ya desilucionadas, salimos y caminamos.  Que por cierto no llovía a esa hora.  Increíblemente paraba por ratos, los cuales aprovechábamos para salir y caminar.  

Bueno, preguntamos y nos dijo alguien que cerca de allí había un pequeño lugar donde seguro lo pasarían.

Llegamos, si, ciertamente era un lugar muy pequeños, pedimos algo de tomar y botanas, yo por supuesto mi piña colada.  Vimos la pelea, bueno, medio la vimos porque era una pantalla muy pequeña que la proyectaban desde una computadora.

Cuando terminó la dichosa pelea, empezó a llegar la gente y resulta que era un karaoke.  Yo nunca habia estado en un lugar de esos.  Empezaron a poner canciones, cada mesa tenía dos opurtunidades de subir a cantar.  Había una señora con una niña como de diez años..  Bueno, pues cantaba en perfecto inglés y lo hacia maravillosamente.

Lydia y Lizette pedían canciones y se subían a cantarlas.  Realmente no lo hacen mal y pedían canciones que el resto de la gente se ponía a bailar y cantar junto con ellas.  De verdad nos pasamos unas horas muy contentas.  

Yo veía de vez en cuando que una muchacha de allí se acercaba a la puerta y barría el agua que se metía.  Pero la verdad es que estábamos muy a gusto.  Ya en la madrugada salimos de ese lugar y tomamos un taxi que nos llevara de vuelta al hotel.

Milagrosamente no llovía, pero eso si, toda la avenida costera era un río, el agua corriendo a toda velocidad, era impresionante.

Le pedimos al taxista que llegara a la mañana siguiente por nosotras, pues ya nos regresaríamos.

Y mañana le sigo. :)

Tuesday, March 13, 2018

HURACAN MANUEL EN ACAPULCO SEPTIEMBRE 2013



En septiembre de 2013 vinieron por primera vez (me refiero a que vinieron las dos juntas al mismo tiempo) de vacaciones Lydia y Lizette y me invitaron a Acapulco.

El once se septiembre tomamos el autobús que nos llevaría a unas vacaciones llenas de sol, arena, piñas coladas y todo lo que se puede desear.

Para empezar, en Chilpancingo había una marcha y nos detuvieron no mucho tiempo hasta eso, tomando en cuenta que a veces se prolongaban por varias o muchas horas.

(Esta narración la empecé hace tanto que ya ni recuerdo los eventos, pero haré un recuento de ese viaje que fue no como todos, sino muy especial.)

Llegamos al hotel al piso veintitantos.  Teníamos un balcón hacia el mar, todo azul, tranquilo y muy buen clima.  Al día siguiente bajamos a la alberca, comimos muy rico y en la noche nos fuimos a un bar a la orilla de la playa, empezó a llover y nos sentamos en el bar, donde no llegaba la lluvia.  El cantinero era un señor llamado "Pancho".  Muy simpático y platicador.  Como era la hora feliz pues pedí un mojito, el señor nos dijo:  ahorita regreso.  Y si, regresó pero empapado y con un gran manojo de yerbabuena que había tenido que ir a buscar quien sabe a donde.  Nos hizo los famosos mojitos, muy ricos y allí estuvimos un buen tiempo platicando y escuchando la música.

No recuerdo cuándo nos enteramos de que iba allegar un huracan.  Bueno, eran dos uno que entraba del Pacífico y otro que venía del Atlántico.  (Uy, qué emoción).

Estábamos en el "lobby" del hotel, cuando vimos un anuncio que al dia siguiente que era sábado,  llegaba La Sonora Dinamita  y el domingo estarían Los Angeles Azules.  Eso era en (no recuerdo el nombre).  Total, Lydia dijo:  vayamos mañana a ver a La Sonora Dinamita.  Y así quedó el programa.

Al día siguiente llegamos a ese lugar que es muy grande y había como una feria, con ring donde había luchadores y puestos de comida y juegos.  Me llamó la atención uno en donde había televisiones, computadoras y muchas cosas de premios y les dije a las hijas.  Voy a ver de qué se trata.  

La cosa era un tablero como damas chinas, donde había canicas.  La cosa era juntar cierto número de puntos y ganarías muchísimos premios.   Juega mama, me dijo Lizette.  Y como soy muy obediente pues empecé a tirar las famosas canicas para juntar la cantidad de números requeridos.  Cada hoyo, tenia un número que era los que sumabas para ganar tan preciados premios.  Bueno, pues empecé y junté casi todos, me faltaban como cinco para ganar.  Ah pero había un lugar que si caía la canica allí, tenías que volver a pagar pero el doble, total empecé a caer el el famoso numerito ese y ya pagué 200 pesos me daltaban dos puntos y nada que caigo otra vez, entonces tenía que pagar 400 pesos.  Si, me gusta jugar, pero no perder el dinero a lo tonto y vi que no tenía ninguna oportunidad de ganar.

Asi que les dije:  hasta aqui llegué, ya no más.... No, no se vaya, ya casi gana ajá, tendría que pagar 400 pesos y la siguiente 800 y luego 1,600 asi que no, nanay.  Me voy y gracias.   

Compramos comida y nos fuimos a ver el "show".  Para ésto, estaba vacío, pero claro, nos sentamos hasta adelante y como no había gente, dejaron entrar sin pagar.  Empezó la función, las hijas y todos bailando felices, la música muy guapachosa.  Inclusive saqué varios videos.

Y que empieza la lluvia, pero no cualquier lluvia, una torrencial, que parecía que se iba a caer la lona gigantesca.  La música siguió, la gente bailando como si no estuviera cayendo ese torrente y asi terminó la función.  Cuando salimos del techo aquel, seguía lloviendo, el cielo se caía y nosotros teníamos que salir a la avenida a tomar un taxi.  Tres policías nos prestaron sus impermeables, muy buenos y otro nos acompañó a tomar el taxi.

Mañana le sigo porque es muy largo esta narración.   

Ya dejé por años este blog, pero no me puedo dar el lujo de dejarlo, asi que ya me voy a dar a la tarea de escribir cada día.