Saturday, April 23, 2016

ABEJA CASASANO No. 14



A mis casi 80 años, he cometido muchos, muchos errores, pero ninguno tan terrible, como el irnos a vivir a esa casa.  

Vivíamos en Saturnino Herrán, en la colonia San José Insurgentes, en una esquina, a una cuadra del parque de La Bola.

Un lugar tranquilo, una casa no muy grande (sobre todo la cocina) pero muy cómoda y con hasta una chimenea y una pequeña y agradable pequeña sala.   Aunque Gerardo decía que vivíamos en un closet.

Era una casa con un gran comedor, una gran sala y tres recámaras una de ellas hasta con una pequeña salita y su baño.

Pero la cosa es que era rentada y nos teníamos que cambiar.

La familia Amador tenía una casa en Abeja Casasano No. 14.  Ellos en ese tiempo vivían en Querétaro pues Daniel Amador estaba trabajando allí.

Cuando se enteraron que nos cambiaríamos... nos dijeron arggggggg... porqué no se van a vivir a la casa un año... no recuerdo cuánto pagábamos de renta, pero era algo parecido a lo que pagábamos en Saturnino Herrán.

Para empezar no nos pareció tan mala la idea, aunque si estaba retirada del centro y todo, pero bueno, era una buena oportunidad, lo cual nos evitaba andar buscando nueva casa.

Craso error!!... resulta que el trabajo se terminó en Querétaro y tuvieron que regresarse... aunque desde un principio quedamos en que seria por un año, empezaron a molestar que ya nos saliéramos, hasta Yolanda con su hermana cuando se encontraban Lizette y Lydia, que eran unas niñas pequeñas, les decían que ya nos saliéramos, que nos dijeran, en fin, cosas muy desagradables.

En una ocasión, inclusive Yolanda le dijo a mi marido que le iba a decir a su cuñado que nos sacara!!

En serio, qué horrible situación.  Claro que después se arrepintió y pidió disculpas, pero eso no quitaba todo lo que eso conllevaba. 

Bueno, tan mala vibra tenía esa casa, que hasta espantaban.  Una noche que estábamos acostados, sentí que alguien me soplaba en la cara... abrí los ojos y le dije a Francisco... alguien me sopló en la cara... y me dijo:  a mi también!!.

Bueno, esa sólo fué una de tantas cosas que nos sucedieron allí.

Fue un año en verdad de pesadilla que nunca antes en todas las casas en las que vivimos y no fueron pocas, jamás nos había sucedido eso.

Cuando finalmente nos cambiamos, antes de salirnos lavé las alfombras, las paredes y hasta dejé unas cortinas en la cocina y varias cosas más.

Me enteré que "invitó" a sus parientes y amistades a que fueran a la casa para que constataran en qué estado tan lamentable y sucia, la había dejado.  No daba crédito cuando lo supe.

Y algo que sucedió de pilón, es que nos quedamos a vivir por esos rumbos.

La vida nos pone caminos distintos y al tomar uno, nos lleva a situaciones muy distintas a aquel otro camino... ahora, cuál era el mejor?.  Sería fabuloso si supiéramos de antemano  a donde nos llevará el que acabamos de tomar.