Friday, July 28, 2006

René Jr.








Y hoy, 28 de julio de 2006, quiero felicitar a mi nieto y ahijado René Jr.

Con motivo de su cumpleaños :)


Todo lo mejor para ti, ya sabes que tu bela te quiere muchísimo!!!

MUCHAS FELICIDADES RENECITO!!!

Thursday, July 20, 2006

Sigo

Hola, aquí les platicaré algo que yo pasé también, por el mismo tiempo en que Gustavo estuvo enfermo.
Como les platiqué, mi papá se fue a trabajar a Valsequillo, trabajando nuevamente en la presa. Posteriormente les platicaré de nuestra estancia en ese lugar.
Resulta que de pronto me empecé a levantar en la noche pues me volví sonámbula, mi papá tuvo que poner un cerrojo muy alto en la puerta para que no me pudiera salir y a mi personalmente, me daba mucho miedo que pudiera salirme y despertar en aquella soledad, en el monte, todo oscuro, así que pensé que había sido muy buena idea de mi papá y hasta yo me sentía tranquila. Cuando me levantaba, mi mamá simplemente me llevaba a la cama y ya no me volvía a levantar.
Casi siempre estaba enferma de las amígdalas, vivía con dolor constante de garganta, hasta que una vez me llevaron al Instituto Nacional de Cardiología y me operaron. Esa noche, me levanté, me fui hacia el elevador y ya estaba esperando a que llegara, no se si me iba o qué, una monja que estaba de guardia me vio y me llevó a mi cuarto y toda la noche me estuvo vigilando. A la mañana siguiente me operaron y nunca más me volví a levantar dormida… para mi siempre ha sido un misterio.
Cuando regresamos a México, como les platiqué, vivíamos con mi abuelita y mis tíos, en aquellos tiempos había muchas enfermedades y pocas vacunas, algo de lo que mi mamá siempre tuvo miedo es cuando se enteraba que había habido brotes de poliomielitis, la tuberculosis casi era una enfermedad de moda.
Un día cuando tenía ocho años, empecé a toser y me faltaba el aire, me era difícil respirar… mi mamá temiendo lo peor, me llevó al doctor y me sacaron una radiografía del pecho, y resulta que el corazón lo tenia tan grande, que me oprimía la tráquea y eso era lo que me provocaba la tos y la dificultad para respirar.
Y resulta que aunque ya me habían operado de las amígdalas hacía un año, el daño ya estaba hecho y los estreptococos se habían quedado y ahora el resultado era que tenía fiebre reumática.
Los dolores de piernas, brazos, manos, dedos, en fin, en todas las coyunturas, eran terribles, se me dormían las piernas que no las sentía, empecé a no poder dormir acostada, entonces sucede que Gustavo y yo, enfermos, nos hacíamos mutua compañía y compartíamos muchas cosas.
Cuando Gustavo empezó a empeorar, nos fuimos a vivir con mi tío Tomás, que vivía cerca de allí y él era médico, (como les he platicado) y trabajaba y daba clases en Cardiología, era muy joven, muchos de sus discípulos eran mucho más grandes que él.
Junto de Cardiología está el Hospital Infantil y mi tío pasaba todos los días para ver si había una cama para mí porque como le decía a mi mamá, si no me internaban, no duraría muchos días más.
Finalmente un día llegó, le dijo a mi mamá que ya tenían una cama y me llevó, ni siquiera dejó que mi mamá me vistiera y así en pijama llegamos al hospital.
Me llevaron a una sala donde había 20 camas.
Ya se podrán imaginar mi abuelita, enfermo su hijo pequeño al que quería muchísimo y yo, que era su nieta consentida (por lo menos eso quise pensar siempre) internada en un hospital.
En esa sala, había 20 niñas enfermas de muy variadas cosas, lo único que teníamos de común era que no eran enfermedades contagiosas.
Estuve tres meses internada, no podía ni bajarme de la cama, la penicilina era lo único conocido para las infecciones, antes de la segunda guerra mundial, no me hubiera salvado, ya que eso fue lo que me ayudó a salir adelante, me inyectaban cada tres horas, ocho inyecciones al día, durante dos meses y medio, ya se imaginarán que no quedaba un milímetro en donde me inyectaran, oxigeno todo el tiempo y suero también, y no era como ahora que te ponen suero y puedes moverte. En ese tiempo tenía que quedarme quieta, o la aguja se salía.
Cuando se terminaba una botella, venían, ponían una nueva y cambiaban de brazo uyyyy pero eso si, debo decir que nunca me quejé.
Mi mamá iba diariamente, nunca faltó, solo los días que iba mi tía Pepis o mi tía Chelo, recuerdo un globo rojo gigantesco que me llevó Chelo, colgaba de una de las esquinas de mi cama, me gustaba mucho.
Como les digo, mi mamá siempre fue, nunca me abandonó aún cuando tenía que cuidar a mis otros tres hermanos, los cuales tenía que dejar encargados. Yo me asomaba a la ventana y podía verlos jugando, pues como saben no podían entrar a verme.
Un día me enteré que habían internado a Gustavo también, yo solo pensaba en el día en que saliera para poder ir a visitarlo.
En ese hospital pasé Navidad, Año Nuevo, día de Reyes, en todos esos días tuvimos fiesta, iban payasos, nos daban juguetes, y los niños que podían rompían piñatas.
Durante mi estancia vi muchas niñas morir, casi era algo común, como que desde ese tiempo, aprendí que la muerte no es más que parte de la vida.
Yo misma estuve a punto de morir, las enfermeras me decían que nunca pensaron que lograría pasar la primera noche.
El día que me dieron de alta estaba feliz, claro que tuve que estar en reposo mucho tiempo, pero lo primero que hice fue preguntar por Gustavo, mi abuelita y todos me dijeron que seguía en el hospital, cuando les decía que me llevaran a verlo, me contestaban que no podía entrar y como yo sabía que mis hermanos nunca pudieron entrar a verme, era lógico.
Pero entonces me di cuenta que nadie iba a visitarlo, cuando preguntaba porqué no iban, me decían que le estaban haciendo exámenes, o cualquier pretexto.
Fue entonces cuando me di cuenta que mi tío, mi amigo Gustavo había muerto.
Murió en la casa, como me enteré después, el 24 de Diciembre, rodeado de toda la familia, sólo yo no estaba . Sólo tenía quince años.

Espero no volver a escribir cosas tristes, por lo menos en un buen tiempo.
Los quiero mucho, un abrazo muy fuerte para todos, como siempre.

Tuesday, July 18, 2006

Gustavo, mi amigo.

Ahora les platicaré acerca del más joven de mis tíos.

Gustavo era seis años mayor que yo, por lo tanto, más que un tío, fue un amigo entrañable, él ya iba a la secundaria, le gustaba llevarme a la biblioteca y a mi me gustaba ir, pues sacaba para mi muchos libros muy bonitos.
Nos spasábamos horas, él estudiandomientras yo leía mis cuentos.
Me llevaba a la nevería, Hoy en día ya no existen como esas, ésta era una con mesas pequeñas y sillas con patas de metal blanco. La nieve nos las daban en unas copas grandes. También había allí una máquina de música, donde oía casi siempre las mismas canciones, cuando ahora, de repente las escucho, me transporta inmediatamente hacia ese lugar, hasta me parece verlo, enfrente de mi y haciéndome reír con sus tonterías. También había una mesa de billar y a veces se encontraba con amigos y jugaba, mientras yo, con un buen “banana split”. Claro que mi abuelita le daba dinero para que me comprara todo lo que yo quisiera, pues como les he dicho, estaba bastante consentida.
A veces me llevaba a la Arena Coliseo a ver las luchas, a mi no me hacían muy feliz, pero iba muy contenta con él, claro que esas idas eran a escondidas de mi nagüe, pues tenía prohibido llevarme, porque decía que era peligroso.

En una vez, yo traía un pantalón de mezclilla y alguien que estaba fumando atrás de mi, me quemó la bolsa del pantalón, cuando mi abuelita lo estaba lavando, se dio cuenta, le tuvimos que decir en donde habíamos estado.
No lo regañó pero le dijo que no era buena idea que me volviera a llevar.
Cuando tenía como catorce años, a crecer muchísimo y no comía bien, asi que empezó a adelgazar.
Como todos mis tíos trabajaban en PEMEX, ellos al igual que mi abuelita me refiero a Pepis y a Gustavo tenían servicio médico.
Un día se fueron los dos caminando a eso de las diez de la mañana, para un chequeo de rutina. Como a las tres de la tarde, llegó Pepis y Gustavo en una ambulancia. :(
A partir de ese día ya no se volvió a levantar de la cama.
Qué sucedió?, pues resulta que un médico inepto (por no decir otra palabra) llamado para su desgracia, Dr. Alegría, se le ocurrió que a Gustavo le faltaba aire en el pulmón... no se para qué es eso, pues resulta que le puso, me imagino que lo hizo con una bomba como si estuviera inflando una llanta de bicicleta grrrrrrrrr, pues nada, que le reventó la pleura y mi tío jamás dejó la cama a partir de ese día.
Todos mis tíos estaban tan enojados que pensaban en ir y demandarlo, pero Gustavo nunca quiso, él siempre dijo que lo había hecho de buena fé y pues no resultó y ya.
En ese tiempo mi abuelita y todos le regalaban chocolates con unas envolturas muy bonitas, yo iba y compraba también y teníamos una colección impresionante, los "peinábamos" hasta que quedaban lisos y los poníamos entre las hojas de nuestros libros, los intercambiábamos, o cuando eran muy grandes, los partíamos a la mitad para que los dos tuviéramos iguales, en fin, aún cuando estaba en la cama, me pasaba junto a él mucho tiempo.

No termina aqui, asi que mañana o pronto les sigo contando de este amigo que tuve.

Los quiero mucho y cuìdense, les mando un abrazo a todos muy fuerte.




Monday, July 10, 2006

Sara, mi hermana



Como ya hace tiempo les platiqué, viviendo en Comales, Tamps., nacieron dos hermanas, Ana Ma. y Sara Imelda, ella nació un día como hoy, 10 de julio. En aquellos tiempos había muchas enfermedades, como decían “propias de la niñez”, sarampión, viruela y tos ferina, a mi me dio todas y más, pero bueno, cuando mi hermana Sara tenía 40 días de nacida, nos dio a todos, incluyendo a mi mamá, tos ferina, el único que se salvó fue mi papá.
Todavía recuerdo esa tos tan terrible, se iba la respiración y parecía que se ahogaba uno, costaba trabajo volver a respirar nuevamente, y así cada rato.
Siendo mi hermana tan pequeña, fue natural que hiciera estragos en ella, por lo tanto quedó muy sensible de los pulmones, recuerdo que mi mamá siempre tenía mucho cuidado con ella.
Después de vivir en Comales, nos fuimos a vivir a Valsequillo, lo que ahora es el Africam Safari mi papá nuevamente trabajaba en la presa. Después la platicaré de ese tiempo que vivimos allí.
Ahora lo que quiero platicar es que mi mamá no había día en que no fuera al hospital, pues mi hermana se enfermaba cada rato, inyecciones, medicinas, cuidados, comida especial, inclusive el doctor llegó a decirle a mi mamá que no le diera tanto de comer L como vivíamos en unas colectivas, que son una casa tras otra, no recuerdo la cantidad que era, entonces mi hermana se salía a pedir de comer y las vecinas le daban una tortilla o lo que tuvieran.
No se qué pensarían, que mi mamá no le daba de comer o algo, pero resulta que el doctor le había dicho que le diera de comer como si fuera un bebé, cosa que por supuesto Sara no soportaba, como es natural.
Recuerdo un día que llegó mi mamá y sentó a mi hermana en una silla y la amarró, todos extrañados le preguntamos que porqué lo hacía. Nos platicó (todos nosotros niños) que el doctor le había dicho que le hacía mal el ejercicio, y que si seguía así, no duraría ni dos semanas, por eso es que mi mamá como quería que viviera lo más posible, ya que le habían dicho que no tenía remedio, la amarró.
Como les he platicado, en esos días había muchos vendedores de golosinas y de muchas otras cosas, pero por supuesto lo que a nosotros nos interesaban eran los dulces. Estando amarrada mi hermana a la silla, he de decir que era muy inquieta, pero estaba ya para entonces tan débil que no se movía. Llegó un vendedor gritando: PALETAS!!!
Y por supuesto, fuimos con mi mamá para ver si nos compraba una, volteó a ver a Sara, la desamarró de la silla y le preguntó… quieres una paleta?, los ojos de mi hermana solo le brillaron de gusto y respondió que si. Salimos todos felices por nuestra paleta, la mía por supuesto, no recuerdo pero seguramente fue de limón J ,
Después mi mamá nos platicó que si iba a vivir dos semanas amarrada a una silla, pues que viviera tres días haciendo lo que ella quisiera y comiendo lo que quisiera.
Pasó una semana, pasaron dos semanas y mi hermana seguía viva.
No se quién les recomendó a un doctor en Puebla, y mis papás la llevaron y claro, a nosotros tres también.
Recuerdo tan bien al doctor, era un señor moreno, de pelo lacio, muy negro, sentado atrás de un gran escritorio con papeles, recargado en su sillón y viendo al techo.
Mi papá y mi mamá se volteaban a ver, como diciendo (qué onda), qué le pasa a este doctor, nosotros aquí hable y hable y él viendo al techo.
Cuando acabaron de platicarle de pe a pa todo sobre mi hermana, se sentó bien, y les dijo… lo que tiene esta niña es que se está muriendo de hambre.Qué??? Pero cómo puede ser. El doctor sólo repitió, se está muriendo de hambre, el estómago ya casi no existe, entonces por lo pronto, le va a empezar a dar por cucharaditas y recuerdo muy bien que le recetó una leche en polvo, que no se si existe todavía, llamada Klim.
Pues para no hacerles el cuento largo, Sara se repuso, se alivió y vivió para ser un ser muy alegre, muy caritativa. Hacía amistades con una facilidad sorprendente, sobre todo para mi que nunca he sido amiguera. Era amiga de todo mundo y todo mundo la quería muy cariñosa, muy buena mamá y eso si, muy mal hablada jajaja.


Era la única que decía groserías enfrente de mi papá, pero las decía con tanta gracia, que no se oían mal, o soeces, nos hacía reír tanto con sus ocurrencias.
Trabajaba en PEMEX y allí conoció a Ramón y se casaron, se fueron a vivir a Torreón, Coah. Me escribía y me hacían reír tanto sus cartas (algunas las tengo guardadas).
Tuvo una niña, por problemas tuvieron que hacerle cesárea, luego otra más y un niño. El doctor le dijo que no aguantaría más de tres cesáreas. Pero por cosas del destino, se embarazó una cuarta vez, y tal como le dijeron, tuvo complicaciones, y en septiembre de 1975, 3 meses después que se fue mi papá, y con 33 años de edad, se fue ella. Dejando a una bebé de días.
Como pudimos, mi marido y yo nos fuimos muy tempranito a Torreón, no recuerdo un día más triste para mí, (después del de mi hijo). Pero al mismo tiempo, no se porqué tuve la certeza que la volvería a ver, así que me despedí con un "Hasta luego hermana, te voy a extrañar muchísimo, pero me consuela saber que volveré a verte. Te quiero mucho."


Arman



Una disculpa por no haberte felicitado en este blog por tu cumpleaños, puedo decir que fué debido a tantos acontecimientos en estas tierras aztecas, pero lo hago ahora con mucho gusto y cariño.

MUCHAS FELICIDADES ARMAN!!!

Aunque platiqué contigo por teléfono, se me pasó felicitarte por este medio el día 4 de julio.