Tuesday, April 10, 2007

Todavía en Empalme

Como les estaba platicando ya hace mucho, cuando llegamos a Empalme, para mi era una novedad, ya que ir del Distrito Federal, ese lugar se me hacía muy pequeño pero muy bueno en el sentido que podíamos salir a jugar a la calle, todo era tan distinto, sin coches, con pocas calles pavimentadas.

A la primer casa que llegamos fué una que quedaba a un costado de la iglesia, tenía un porche en donde a mis papás les gustaba sentarse en las tardes en unas mecedoras, mientras nosotros corríamos detrás de una pelota o jugando con los demás niños.

En ese porche dormíamos mi hermano y yo, teníamos catres de lona, ya que dormir en colchón era inaceptable del calor tan tremendo que había, todo entre semana estaba bien, pero en domingo nos metíamos volados por la ventana en cuanto nos despertaba la gente que iba a misa, porque he de decir que ellos eran muy madrugadores, o nosotros muy dormilones : ).

En esa casa nació la quinta de mis hermanas, María del Carmen, que además por haber nacido un 16 de julio, día de la Virgen del Carmen se le quedó ese nombre, ya que mi mamá era devota de ella.

Un día en los primeros días que habíamos llegado, mi mamá nos dijo que nos arregláramos porque iríamos al mercado ya arregladosmuy bañados, peinados y demás, nos pusimos en camino, listos para una nueva aventura.

Y preguntando, dimos con el dichoso mercado, pero cual no va siendo nuestra sorpresa y sobre todo de mi mamá que lo encontramos cerrado, todo limpio y totalmente vacío!! para eso era medio día.

Cuando preguntó qué sucedía, le dijeron que el mercado abría sus puertas a las 4 de la mañana y que para las 8 ya no había nada.

He de decirles que jamás regresamos y nunca vi el tal mercado funcionando.

Pero como en todos esos lugares, pasaban vendedores con unos carritos, formados de una plancha y dos grandes ruedas que ellos mismos tiraban y vendían de todo, carne, pescado, frutas, verduras, claro que cada carrito de esos vendían cosas distintas.

Asi que nunca fué necesario levantarnos a las 3 de la mañana para ir de compras y lo que sucede es que como les platiqué anteriormente, en el Distrito Federal vivíamos muy cerca de la Lagunilla y allí hasta en la noche se podía ir de compras.






Situaciones como esas nos encontrábamos seguido, pero al poco tiempo ya parecíamos Empalmenses, cuando uno es pequeño se acostumbra rápidamente a todo, aunque tengo que decir que siendo yo muy penosa, lo que más trabajo me costaba era acostumbrarme a un nuevo salón de clases y los nuevos compañeros.





Como el trabajo de mi papá era revisar los trenes que no llevaran frutas o plantas, por eso de la mosca prieta, tenìa que saber la hora que llegaba, y como no eran trenes europeos (jajaja) pues no tenían hora, ni siquiera día para llegar, pues como les platiqué anteriormente, nosotros nos quedamos 2 días tirados en quien sabe donde, asi que teníamos que ir al correo y preguntar la hora.





Casi siempre iba con mi hermano, asi que el primer día, preguntamos y nos contestaron: el tren está "condonado" ah... muchas gracias. Ya afuera, le pregunté... qué dijo??? condonado??? aqui ni siquiera saben hablar. Asi que muy orondos llegamos a la casa y cuando mi papá nos preguntó... le contesté con voz triunfal:... que está "condenado"... no supe el porqué de las risas de mi papá y mi mamá jajaja.





Las dos fotos de este post, son porque una querida amiga, a la que ya tuve el gusto de conocer y vive en Guaymas , gentilmente me las envió... muchas gracias Rene : )

Por eso es que ven esos coches tan modernos jejeje.

2 comments:

Anonymous said...

Que buena historia como siempre, pues si ese condenado tren jajaja. Te imaginas ir de compras a las 4 de la manana, bueno ya sabes que aqui sólo hasta las 6 de la tarde, osea que también estamos atrasados jajaja.

Lizette Jacinto said...

hola!!! en cada historia tuya encuentro cosas que no sabía de la familia. Muchos saludos, má.