Sigamos

En la foto de paseo por Chapultepec con mis tías Pepis, Chelo y Luis, el novio de Chelo.
Hoy día tengo una bolsa parecida a esa :).
Como les estaba platicando, Pepis me consentía mucho, a veces me imagino que yo era como su muñeca :) y en cierto sentido para Chelo lo mismo, les gustaba arreglarme, sacarme a pasear y me imagino que era una niña tranquila.
De pronto dejó de ir Efrén su novio y apareció en escena Eduardo, él vivía en la misma vecindad que nosotros. El y Pepis me llevaban al cine. Un día Pepis me comentó que le decía, vamos al cine, y que le contestaba: -si, pero si llevamos a Lydia-, y pues ni modo. En aquel tiempo los cines eran muy grandes, inclusive tenían lo que se llamaba "galería" que estaba en el tercer piso y claro, la entrada era más barata, creo que ya les he platicado que a veces yo creo que andaban cortos de centavos y me llevaban al cine, Eduardo me cargaba y me envolvía en una cobija y me decía: -hazte chiquita- :) y yo muy obediente y asi no pagaban por mi. Qué tiempos aquellos!! como decía Joaquín Pardavé :O).

Había un cine llamado Colonial, en el que el techo semejaba que estábamos al aire libre, pues tenía estrellitas y de vez en cuando se veía una estrella fugaz :), y no eran como ahora, todos simples, cuadrados y sin ningún adorno. Entonces tenían estatuas y pinturas y adornos en las paredes, inclusive ese cine Colonial tenía balcones, a veces se me figuraba que algún día iba a ver alguien asomado allí :)

Casi todos los días Pepis me llevaba al mercado, íbamos al mercado de La Lagunilla, en nuestro camino había un pasaje en donde siempre pasábamos para cortar camino y yo corría y patinaba, y de regreso a donde iba Pepis y asi todo el trayecto, asi que por lo menos recorría 20 veces ese trecho.
Siempre iba a una tienda muy grande de abarrotes, en ese tiempo ni seña de los llamados "super mercados" los frijoles, el azúcar, el arroz y todo estaba en grandes costales y uno pedía desde un cuarto de kilo en adelante, bueno, en ciertas cosas existían los 100 gramos :)
Había un dependiente muy guapo, era español; llamado Joel y cuando llegaba Pepis le brillaban los ojitos :) me cargaba, me sentaba en el gran mostrador de madera y me preguntaba qué quería, y pues como tenía tantas cosas, ya ni sabía qué escoger. Asi que me daba dulces, chocolates, nueces, pasitas, y muchas cosas más. Y cuando salíamos de allí, me decía Pepis, y ahora que lleguemos tienes que comer. Yo era de muy poco comer, y ahora pienso, no será porque ya había comido tanto en esa tienda? :O).
Pepis siempre fué muy amable, de muy buen humor, creo que nunca la ví enojada y además guisaba exquisito ummm. La recuerdo con mucho cariño, fué como otra mamá para mi.

Tengo que decir que en esa vecindad fuí muy feliz. En las tardes llegaban vendedores de toda clase, había unos dulces que ahora que no existen las correosas, o charamuscas, había de muchos sabores, de canela, limón, naranja, fresa, vainilla, yo creo que ustedes no las conocen, verdad?. Eran dulces largos, que se estiraban, y vénían trenzados, la verdad muy ricos, pero me imagino que muy malos para los dientes :) que yo siempre sufrí por ellos.
Llegaban también los merengues, esos si los conocen, paletas de nieve, camotes, platanos machos asados y en fin, llegaban toda clase de vendedores y con sus gritos muy peculiares, cuando oíamos que llegaban los dulces, íbamos con el tío Pancho, lo recuerdan? el hermano de mi abuelita, el que a pesar de nunca usar reloj, sabía perfectamente la hora y no importaba si era de noche. El nos daba dinero para comprar nuestras golosinas y también había veces que echábamos volados y casi siempre ganaba :O).
Eran muchas casas, y era como una gran familia, las fiestas eran increíbles, todos los niños jugando, casi todos los meses partíamos piñatas, y yo recogía dulces de los que quedaban afuera, pues me daba miedo que me apachurraran :).

Ahorita hasta aqui le dejo y sigo mañana, les deseo una semana espléndida y que gane México el jueves!! >:D<'s