Y en un momento de buena suerte, me dieron un contrato por tres meses en Servicio Médico, era un departamento agradable, no mucha gente trabajaba allí... el jefe del departamento era un Dr. Barbabosa, dueño de toros de lidia... de mucho renombre... era un doctor ya grande y amable con sus empleados.
Estando allí, un día al despertar no me sentí nada bien... me dolía muchísimo el estómago y le dije a mi abuelita que ya me iba a bañar para irme a trabajar... en ese momento me dijo, que trabajar ni qué nada, te quedas y ahorita le llamo al doctor para que venga a verte... (qué tiempos aquellos cuando llamabas al trabajo porque estabas enfermo y te mandaban al doctor... claro que si no estabas enfermo te iba muy mal)... y yo le dije: es que tengo mucho trabajo, tengo que ir. Total que no me dejó y me dijo que me acostara, la verdad es que me sentía tan mal que ya ni dije nada.
Me preguntó que quería de comer y le dije que caldo de pollo, lo hacía riquísimo, con arroz y verduras, como me gusta. En eso llega mi tío Tomás y me dice.. y ahora? qué tienes, como recordarán mi tío Tomás era médico y que gracias a él que me consiguió una cama en el Hospital Infantil, todavía ando por aquí contanto mis choco-aventuras. Si ese día no hubiera habido cama, me paso a morir, como dirían en Villahermosa... pero nuevamente como digo, por algo pasan las cosas... nadie muere la víspera, a menos que seas guajolote en vísperas de un cumpleaños o Navidad.
Bueno, cuando le dije a Tomás que estaba enferma y me vio comiendo me dijo... ajá, si como no, si estuviera enferma no estarías comiendo... porque enfermo que come y.... que el diablo que se lo crea.
Al rato llegó el doctor y me dijo que seguro había comido algo que me había hecho mal... me dio una medicina y se fue, pero como el dolor arreciaba, mi abuelita volvió a llamar y llegó otro doctor y dijo que era apendicitis... que me tenía que ir al hospital de inmediato.... que iba a mandar una ambulancia, no recuerdo haberme ido en ambulancia, no cómo me fui. Total que llegó un doctor y me dijo... te vamos a hacer unos análisis, depende de como salgan, te operamos hoy en la noche y si no, mañana con toda calma, para que duermas bien.
Al rato regresó y me dijo, salieron bien, asi que mañana te operamos.... por cierto que el doctor estaba muy muy guapo!!
Total, ya saben, llegaron muy temprano por mi, me llevaron al quirófano, me pusieron la máscara del ether, me dijeron que contara del diez para atrás, creo que no llegué al ocho cuando caí nuevamente en ese pozo negro y sin fondo ya familiar para mi, envuelta en ese olor tan peculiar.
Cuando desperté, me dolía todo el estómago... (lo bueno es que no lo tenía tan grande como ahora... si no, para qué les cuento)... con ganas inmensas de volver el estómago... abrí los ojos lista para quejarme, cuando veo a mi mamá sentada en una silla tejiendo... el sólo verla allí me sentí salvada y me volví a dormir.
Cuando llegó el doctor me dijo que por poco me iba a pasar Navidad al inframundo... pues la apéndice ya estaba reventada y por tal motivo me habían tenido que dejar una canalización.
1 comment:
Que barbaridad! que buento que salio bien de todo.
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